LAS REFUNDACIONES DE LA IZQUIERDA

Si, en plural. En plural aunque algunos no crean en esa pluralidad y lo demuestren en el día a día. La Refundación de Izquierda Unida en Andalucía comienza este sábado en Bollullos par del Condado ( Huelva), donde nos vamos a reunir para impulsar la constitución de una plataforma que trabaje de cara a ese objetivo. Objetivo que no es otro que salvar esta organización de su actual estado de agonía y relanzarla desde una perspectiva municipalista, soberana, independiente y de acercamiento a los ciudadanos.

Y digo lo de plural porque ante nuestro anuncio de constituir esta plataforma ya ha reaccionado la dirección andaluza de Izquierda Unida emitiendo una nota de prensa ( ver aquí). Pero sus ideas de refundación no son creibles. Y no son creibles porque parten de una premisa erronea: somos los militantes y los no militantes que quieren participar de la misma los que nos tendremos que adaptar a "su voluntad de aceptar los estatutos, las estrategias y las propuestas programáticas de IULV-CA". Todo esto sería muy normal así leido, pero ese no es el espiritu de la Refundación.

La Refundación de Izquierda Unida no se hace de arriba a abajo, sino de abajo a arriba. Lo que plantean José Luis Centella y Diego Valderas es pervertir la propia esencia de la refundación, que las bases y las personas del entorno de la izquierda sean las que decidan como se tiene que hacer esto. De nuevo, lo que se propone desde la dirección, es que son ellos los que deciden "las estrategias" de la organización. Como siempre. Nada nuevo bajo el sol. Pero, ¿ qué estrategia? ¿ la de ser muleta del PSOE? ¿ la de excluir a los compañeros por disentir?. ¿ La Refundación para ellos es un acto de cara a la galería para seguir manteniendo en los cargos a los de siempre?. Se equivocan si piensan que la gente que ahora mismo está fuera de la organización van a aceptar eso. La gente quiere participar y ser participes de las decisiones y "de las estrategias". Precisamente por no ser participes y no asumir las mismas hemos perdido a muchísima gente por el camino.

Me parece lamentable también que Centella haya invocado el documento de Julio Anguita sobre la refundación y diga textualmente que su propuesta "sintoniza con el documento 'No hay tiempos para más dilaciones' del ex coordinador general de IU". Vaya tela. Sólo hay que leer dicho documento para ver las asintonías que contiene con lo que propone Julio. Para empezar Anguita dice que se tienen que renovar de manera inmediata al 50% de los actuales dirigentes ( entre ellos Centella), y otro 25% antes de culminar el proceso. Pues eso, que se apliquen el cuento. ¿ O es que no ha leido esa parte del documento de Anguita?.

Otra cuestión: más peliaguda si cabe. Ya sabemos algunos dentro de la organización como se las gastan los de la dirección a la hora de echar gente. Dan igual los estatutos, las leyes, el sentido común y hasta la ética. Dan igual. Te echo porque lo digo yo y no eres militante porque no figuras en los censos que YO elaboro. El cachondeo ha sido la invención de la figura de la "autoexclusión". Centella incide en eso cuando dice que "la no aceptación de esto supone la renuncia expresa a participar en el proceso de Refundación de la organización" o que es lo mismo, en la propia organización. Es decir, el que no acepte lo que digan ellos que se dé por autoexcluido. Volvemos a lo anterior, ¿ qué estrategia? ¿ los pactos globales con el Soe y nuestro papel subalterno de los socialistas de carnet?. A todos los compañeros les advierto que las "cartas de reafiliación" que mandan nuestros dirigentes son como la expiación de los pecados, pero en laico.

Es decir. Un proceso que tendría que ser abierto, limpio, de abajo hacía arriba, participativo, vacio de contenido porque el contenido hay que darlo entre todos los que participemos, ahora resulta que se quiere Reconvertir en una Refundación teledirigida y a la carta para algunos dirigentes que llevan veintitantos años montados en el coche oficial ( con los pocos coches oficiales que tenemos en Izquierda Unida...). Demuestran que este proceso no se lo creen y ni quieren creerselo.