Me voy a limitar a transcribir la carta abierta que le ha enviado mi compañero alcalde de Olvera, Fernando Fernández, al Presidente de Diputación. Creo que sobran los comentarios cuando te sientes tan identificado como él por la actitud no solo del PSOE con nosotros, sino de algunos compañeros de partido.
La foto es genial. Siempre lo he pensado.
Tiene usted razón señor Cabaña en que apenas nos conocemos. De hecho, habremos estrechado la mano si quiera tres veces. La segunda de ellas, en el estadio Ramón de Carranza. En aquella ocasión, me dirigí a usted para saludarle, y ciertamente me dio la mano, pero también no es menos cierto que me volvió la cara.
Mi delito, por el que usted me acusa y condena, es haber aceptado los votos del PP en la investidura, y erigirme en Alcalde de Olvera desplazando a la lista más votada. Lo hice, sí, pero bajo acuerdo y mandato de la Asamblea de base de IU en este municipio serrano, centinela de la Sierra. Yo, D.Francisco, no tengo ningún pacto de gobierno con el PP, y saben bien los interesados que jamás de mi boca salió posibilidad alguna de tal hecho. Me dieron los votos y los acepté: soy Alcalde ahora, pero antes y después soy y seré maestro de Educación Infantil.
Le confesaré, Paco – si me permite la irreverencia- en la privacidad bastarda de esta carta abierta, un pequeño secreto: En mi primer año de mandato, en muchas ocasiones me asaltó la duda de si estaba haciendo lo correcto. A ello me llevaba la angustia existencial sembrada por quienes me tildaban en palabras y hechos de alcalde interino, de ladronzuelo que había usurpado un lugar ajeno. Hoy, estoy zaherido por una oposición que pleno tras pleno me interrumpe en mis turnos de intervenciones, que bufa , que gesticula, que levanta las manos y que me insulta en el último pleno llamándome miserable, sin que por mi parte y a diferencia de lo que se hace en otros municipios se les expulse del pleno. Hoy, sr Cabaña, a pesar de todo eso y de los múltiples desprecios en actos públicos y de los periódicos locales en los que se me somete al escarnio personal, he de decirle que hubiera hecho lo mismo y quizá, si me apura, con más convicción.
Hace unos días , estuvo usted en mi pueblo. Y vino usted con el noble fin de recibir la insignia de oro y brillantes de la Peña Cadista olvereña Michael Robinson. ¿ Habrá algo más noble para los que sentimos al Cádiz? Sin embargo algo embriagó su corazón y le forzó a recalar antes en la sede socialista en la cual en declaraciones ante la TV local llegó usted a la crítica personal, a la flagelación dialéctica sobre mi persona, dejando bien claro que no era un problema con IU sino conmigo, por mi carácter ególatra, mis intereses personales mis maneras de ser y mi capacidad ilimitada de enfrentamiento y bajeza y eso, que usted mismo reconocía que apenas me conocía.
Recuerdo que la primera vez que estreché su mano fue para trasmitirle mi pésame por el fallecimiento de su esposa, algo me figuro terrible en su día y que no quiero evocarle. Lástima que ese trato humano no lo haya tenido usted conmigo antes de venir a humillarme delante de mis seres queridos, antes de juzgarme sin conocerme, de condenarme sin permitirme defenderme. Usted sr Cabañas es bajo, pero no de estatura, sino de talla moral. Ha olvidado que estamos en política para juzgar y criticar los hechos, las políticas y no a las personas. Lejos de criticar los hechos políticos , se atreve a cuestionarme como persona, más aún, cuando a la par sostiene que no me conoce. Me acusa en sus escasas referencias políticas de buscar clientelismo político , cuando las plazas que ustedes usaban para ello las hemos sacado a concurso-oposición. No sr. Cabaña, el clientelismo lo tiene usted más cerca: en encargados generales de AEPSA que son o han sido cargos políticos del PSOE ; en los liberados que con sueldos desorbitados hacen de la política un modus vivendi; en los fondos de presidencia que usted gestiona a golpe de convenio – eufemismo para huir de los preceptos de la ley de subvenciones- con los municipios amigos; en las ruedas de prensa y convocatorias que usted organiza cada vez que nos da uno de esos escasos convenios de “café para todos”; en algunas de las facturas que se llevan a reconocimiento extrajudicial y que responden a dádivas arbitrarias y caprichosas y en muchos detalles más que usted, secretario provincial del PSOE, conoce.
Se jacta del apoyo de IU en Diputación. Al fin y al cabo, usted me excluye de IU, con la confianza de que nadie en mi partido me defenderá y deja entrever que existe un acuerdo pactado no firmado de dejar a Olvera fuera de todos los beneficios del pacto de “progreso”. Quédese con su pacto sr. Cabaña y que, con todos mis respetos, le vaya bonito. Nosotros, aquí en Olvera y con el programa de IU, nos opondremos a su política de privatizar servicios como la ayuda a domicilio o criticaremos la falta de intenciones de su partido y suya como secretario provincial de mejorar la sanidad en la sierra . Usted dice que no me conoce, yo tengo una ventaja: conozco sus hechos, sus maneras, su falta de respeto y sus políticas. Yo sí le conozco D.Francisco González Cabaña: usted es la derecha.
La foto es genial. Siempre lo he pensado.
Tiene usted razón señor Cabaña en que apenas nos conocemos. De hecho, habremos estrechado la mano si quiera tres veces. La segunda de ellas, en el estadio Ramón de Carranza. En aquella ocasión, me dirigí a usted para saludarle, y ciertamente me dio la mano, pero también no es menos cierto que me volvió la cara.
Mi delito, por el que usted me acusa y condena, es haber aceptado los votos del PP en la investidura, y erigirme en Alcalde de Olvera desplazando a la lista más votada. Lo hice, sí, pero bajo acuerdo y mandato de la Asamblea de base de IU en este municipio serrano, centinela de la Sierra. Yo, D.Francisco, no tengo ningún pacto de gobierno con el PP, y saben bien los interesados que jamás de mi boca salió posibilidad alguna de tal hecho. Me dieron los votos y los acepté: soy Alcalde ahora, pero antes y después soy y seré maestro de Educación Infantil.
Le confesaré, Paco – si me permite la irreverencia- en la privacidad bastarda de esta carta abierta, un pequeño secreto: En mi primer año de mandato, en muchas ocasiones me asaltó la duda de si estaba haciendo lo correcto. A ello me llevaba la angustia existencial sembrada por quienes me tildaban en palabras y hechos de alcalde interino, de ladronzuelo que había usurpado un lugar ajeno. Hoy, estoy zaherido por una oposición que pleno tras pleno me interrumpe en mis turnos de intervenciones, que bufa , que gesticula, que levanta las manos y que me insulta en el último pleno llamándome miserable, sin que por mi parte y a diferencia de lo que se hace en otros municipios se les expulse del pleno. Hoy, sr Cabaña, a pesar de todo eso y de los múltiples desprecios en actos públicos y de los periódicos locales en los que se me somete al escarnio personal, he de decirle que hubiera hecho lo mismo y quizá, si me apura, con más convicción.
Hace unos días , estuvo usted en mi pueblo. Y vino usted con el noble fin de recibir la insignia de oro y brillantes de la Peña Cadista olvereña Michael Robinson. ¿ Habrá algo más noble para los que sentimos al Cádiz? Sin embargo algo embriagó su corazón y le forzó a recalar antes en la sede socialista en la cual en declaraciones ante la TV local llegó usted a la crítica personal, a la flagelación dialéctica sobre mi persona, dejando bien claro que no era un problema con IU sino conmigo, por mi carácter ególatra, mis intereses personales mis maneras de ser y mi capacidad ilimitada de enfrentamiento y bajeza y eso, que usted mismo reconocía que apenas me conocía.
Recuerdo que la primera vez que estreché su mano fue para trasmitirle mi pésame por el fallecimiento de su esposa, algo me figuro terrible en su día y que no quiero evocarle. Lástima que ese trato humano no lo haya tenido usted conmigo antes de venir a humillarme delante de mis seres queridos, antes de juzgarme sin conocerme, de condenarme sin permitirme defenderme. Usted sr Cabañas es bajo, pero no de estatura, sino de talla moral. Ha olvidado que estamos en política para juzgar y criticar los hechos, las políticas y no a las personas. Lejos de criticar los hechos políticos , se atreve a cuestionarme como persona, más aún, cuando a la par sostiene que no me conoce. Me acusa en sus escasas referencias políticas de buscar clientelismo político , cuando las plazas que ustedes usaban para ello las hemos sacado a concurso-oposición. No sr. Cabaña, el clientelismo lo tiene usted más cerca: en encargados generales de AEPSA que son o han sido cargos políticos del PSOE ; en los liberados que con sueldos desorbitados hacen de la política un modus vivendi; en los fondos de presidencia que usted gestiona a golpe de convenio – eufemismo para huir de los preceptos de la ley de subvenciones- con los municipios amigos; en las ruedas de prensa y convocatorias que usted organiza cada vez que nos da uno de esos escasos convenios de “café para todos”; en algunas de las facturas que se llevan a reconocimiento extrajudicial y que responden a dádivas arbitrarias y caprichosas y en muchos detalles más que usted, secretario provincial del PSOE, conoce.
Se jacta del apoyo de IU en Diputación. Al fin y al cabo, usted me excluye de IU, con la confianza de que nadie en mi partido me defenderá y deja entrever que existe un acuerdo pactado no firmado de dejar a Olvera fuera de todos los beneficios del pacto de “progreso”. Quédese con su pacto sr. Cabaña y que, con todos mis respetos, le vaya bonito. Nosotros, aquí en Olvera y con el programa de IU, nos opondremos a su política de privatizar servicios como la ayuda a domicilio o criticaremos la falta de intenciones de su partido y suya como secretario provincial de mejorar la sanidad en la sierra . Usted dice que no me conoce, yo tengo una ventaja: conozco sus hechos, sus maneras, su falta de respeto y sus políticas. Yo sí le conozco D.Francisco González Cabaña: usted es la derecha.
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